En el marco de un proyecto de extensión universitaria, integrantes del taller de vitral de la carrera de Artes Visuales de la FHAyCS realizan trabajos de restauración de vitrales de los ventanales del edificio de la Escuela Normal «José María Torres».
Estudiantes del taller de vitral de la carrera de Artes Visuales, coordinado por el docente Stephane Descours, llevan adelante la tarea de recuperación y reemplazo de las piezas de vidrios de colores de las figuras que decoran los seis ventanales de la Escuela Normal, ubicados en el primer piso del edificio, sobre el ala de ingreso de Andrés Pazos y Corrientes.
Con el objetivo de conocer detalles del trabajo, Comunicación Institucional de la FHAyCS conversó con el docente encargado de la obra de restauración, Stephane Descours, un vitralista de origen francés que ya lleva 10 años viviendo en Paraná. «Estamos haciendo una intervención, la más completa posible, de los vitrales de la Escuela Normal para que tengamos una obra restaurada. El trabajo consiste en la extracción de las piezas para su limpieza, pulido o reemplazo de aquellas que no se puedan reconstituir, priorizando el mantenimiento de los componentes y los colores originales de las mismas», indicó.
Con respecto al tratamiento que se hace de los vitrales, el artista expresó: «Tratamos de preservar todos los elementos originales porque es una obra que puede tenar más de 60 años. La idea de la restauración es tratar de intervenir lo menos posible en la obra. En el caso de los vidrios originales rotos tratamos de pegarlos y de mantenerlos, en la nueva era de la restauración no reemplazamos los vidrios, los guardamos porque es justamente lo que hace a la esencia de la obra y a su valor histórico- cultural».
«Si se presenta la necesidad de reemplazar algunos vidrios, tratamos de lograr los colores más aproximados a los originales, teniendo en cuenta que los vidrios son como las modas, hay colores que aparecen y otros que desaparecen. Hay colores que no se consiguen más y por eso tenemos que recurrir a esmaltes expuestos en hornos, a unos 700 grados centígrados, para lograrlos y para que no se adviertan las modificaciones. La obra debe lucir como estuvo siempre, la mano del restaurador debe pasar inadvertida al ojo de la gente», explicó Descours.
Fuente: Comunicación Insitucional FHAyCS UADER