El jueves 22 de octubre fue presentado el libro «A-vocados. Pensar la orientación vocacional desde la perspectiva psicoanalítica» de los autores Pablo Zenón, Luciano Ramos, Andrea Giorgio, Andrea Bertozzi, Belén Osorio, Manuela Mántica y Javier Pérez. La presentación, organizada por la Secretaría de Investigación y Posgrado FHAyCS, estuvo a cargo del Ps. Pablo Zenón, la Dra. María Ester Jozami y el Esp. Javier Ríos, y moderado por la Dra. Luisina Bourband.
La presentación está disponible en el Canal de YouTube FHAyCS Audiovisuales. en este link
Quienes deseen adquirir el libro pueden hacerlo en las siguientes direcciones:
Paraná: Fotocopiadora DyM, Corrientes 380
Rosario: Laborde Editor, 3 de febrero 1065
Sobre el libro
En este libro, deudor y promotor del modelo clínico en orientación vocacional, encontrarán tres estilos, tres modos del relato. Clases, artículos teóricos, entrevistas. Modos de entablar una conversación. Con estudiantes, con lectores, con audiencias, distraídas o curiosas. Modos de hablar clínicamente de la ‘vocación’, maneras de abrir preguntas, acerca del lugar de la libertad, del destino, de la fantasía, de la sobredeterminación, de la época, del mito familiar, en la lección. En definitiva, de la singularidad de la elección.
En una de las clases, Pablo Zenón dice: «en realidad no hay un llamado, sino que somos llamados, el objeto nos ‘voca’, lo vocacional es el objeto vocante, somos vocados por los objetos».
Este libro nos ‘voca’, nos evoca. Somos nosotros los llamados por la escritura cuando lo oral, lo invocante, lo escópico de la letra es lo libidinizado. Habla de los particulares modos de invocar, de abocarse, de a-vocarse, de las formas del diálogo discreto entre dos, entre varios, entre generaciones. De cómo se gesta ese vacío suficiente para que el órgano que no está en ningún lugar, la libido, haga su trabajo. Y por fin dirigirse, a-vocado, invocante, a comerse el mundo que nos voca, con la boca, con la letra, con la palabra, con un discurso tan grácil y tan volátil, que nos enlaza y se desvanece, tan evanescente y fugaz, esquivo como el aire sutil.
*Del Prólogo de Luisina Bourband