En el marco del ciclo de charlas “Mujer, Memoria, Malvinas”, el historiador Pablo Lorenz disertó sobre el tema “A 40 años de Malvinas. Historia, conflictos, perspectivas”. La actividad fue organizada en el marco del ciclo de ingreso a la FHAyCS de UADER.
En el marco de las actividades planteadas para el ingreso a la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (FHAyCS- UADER), se previó un nuevo encuentro en el ciclo Mujer, Memoria y Malvinas.
Estuvo a cargo del historiador y docente Federico Lorenz que expuso sobre el tema “A 40 años de Malvinas. Historia, conflictos, perspectivas”. Fue un encuentro virtual que organizó la FHAyCS y el Rectorado, a través del área de Promoción de Derechos y Participación Ciudadana, que coordina la Mg. Rosario Badano.
El expositor planteó los desafíos de construir nuevas miradas sobre Malvinas, una perspectiva que no sólo se base en el relato de un conflicto bélico, que atienda a la memoria de los pueblos y que problematice el modo en que las distintas generaciones aprendimos sobre el tema, con un rol clave de la educación.
Lorenz destacó en primer lugar que “hay un único acuerdo importante que tenemos y es que pareciera que sobre Malvinas no hay ningún argentino o argentina que no tenga algo para decir. Es un tema que no deja a nadie indiferente”.
Propuso, a 40 años, repasar “cómo se construyó esa presencia de Malvinas” en la sociedad y que en todos los casos “tiene un componente emotivo que es central”.
“Digo Malvinas y la asociación con la guerra es automática. Y esto no deja de tener consecuencias. Que pensemos que la Argentina está incompleta, que pensemos la identidad desde lo que nos falta tiene consecuencias”, reflexionó Lorenz.
Instó a pensar que “el pasado no es estático”. “La historia es una película que uno entra y sale a verla cuando quiere. Sin embargo, a Malvinas la vemos como foto, congelada en algunos antecedentes históricos, como si en el medio no hubiera sucedido nada, como si en las islas no hubiera gente”, abrió preguntas al respecto.
Afirmó que la mirada desde la política y la diplomacia deja afuera otras perspectivas: “Malvinas es un archipiélago pero si sólo las imagino como un pedazo de tierra que me falta, se me pierde la posibilidad de imaginar el país de otra manera, con realidades divergentes que la historia nacional tiende a opacar. Malvinas es un lugar muy grande en el corazón de los argentinos pero muy pequeño en términos de población. Hay vínculos entre las islas y el continente, hay lazos familiares con la patagonia austral. ¿Y eso que aporta? Aporta porque siempre pensamos Malvinas en términos de lo que nos separa de las islas y de los isleños y no en lo que nos une”, manifestó el disertante que eligió poner el foco, como historiador “en las personas” y mencionó, por caso, “las maestras que iban a Malvinas a enseñar castellano entre otras cosas que sucedían antes de la Guerra”.
En este sentido, resumió: “Malvinas está más lejos después de la guerra”.
También problematizó los sentidos construidos con el paso del tiempo: “Nadie fue a Malvinas para recuperar la democracia. Sin embargo Malvinas permitió la recuperación anticipada de la democracia”. “Son matices que vale la pena revisar”, propuso y entre otra serie de desafíos consideró necesario diferenciar a un soldado convocado con 18 años de un militar involucrado en el Terrorismo de Estado, aunque hayan estado ambos en la guerra.
En su rol docente, consideró necesario lograr una mirada “que no sea monocorde”. “A veces ante la incomodidad de un punto ciego, los relatos autocomplacientes funcionan mejor que la pregunta crítica. Pero nos lo debemos a nosotros mismos. Y los que trabajamos dando clases se lo debemos a los más chicos”, convocó.
Fuente: Comunicación UADER