Más de 300 ex presas políticas se reencontraron después de 40 años, con la premisa de rescatar la solidaridad y el amor y reclamar por la preservación de la memoria. Entre ellas, estuvo la Mg. Rosario Badano, coordinadora del Área de Promoción de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la UADER.
Después de 40 años, se reencontraron para reconocer las estrategias de amor y solidaridad que les permitieron sobrevivir. Más de 300 ex presas políticas durante la dictadura militar se reunieron el sábado 15 de junio en el Hotel Bauen, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
«Frente al enemigo construimos lazos indestructibles, y ésta es la prueba de que el fino hilo de oro que nos unió sigue intacto y de que sólo basta que tiremos de él para que estemos, de nuevo, todas juntas», conmovió a las mujeres presentes Liliana Rossi, en la apertura del encuentro del que fueron parte un puñado de entrerrianas destinadas, en algún momento de sus cautiverios, a la cárcel porteña de Devoto.
Entre ellas, estuvo la coordinadora del Área de Promoción de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), Mg. María del Rosario Badano.
El encuentro fue motivo para la evocación, el repaso de anécdotas, el debate político, una peña improvisada para recordar viejas canciones. También estuvo presente en el colectivo de mujeres que impulsó la actividad, el impulso a una campaña que apunta a cuidar la memoria, lo que se traduce en la necesidad de proteger la documentación que elaboró el Terrorismo de Estado y evitar la demolición de la cárcel de Devoto.
A instancias de Badano, precisamente, se debatió la problemática en el Consejo Superior de la UADER que aprobó la Resolución Nº7 de febrero del corriente año. La norma dispone la adhesión a la campaña para que la cárcel no sea demolida y se conserve como sitio de la memoria.
En los fundamentos, el Consejo Superior advierte que la unidad penal en cuestión funcionó como centro clandestino de detención y que pasaron por allí, en tiempos de la dictadura, más de 12 mil presos políticos que fueron sometidos a todo tipo de torturas y vejámenes y que algunos de ellos engrosan hoy las listas de desaparecidos en la Argentina.
La preocupación por el destino de la cárcel surgió a raíz de la aprobación de una ley de Buenos Aires por la que se conviene con autoridades nacionales el desalojo de la unidad penal, el traslado de quienes actualmente permanecen detenidos en el lugar a los fines de vender el terreno a proyectos inmobiliarios.
:: Nota producida por Secretaría de Comunicación Rectorado UADER