La Escuela Normal Rural «Almafuerte», perteneciente a la FHAyCS, ha desarrollado un sistema de tratamiento de efluentes del sector didáctico tambo, que permite reducir el impacto ambiental que provocan tales deshechos. El emprendimiento, enmarcado en el régimen de crédito fiscal, se tramitó a través del INET y cuenta con el patrocinio del Nuevo BERSA.
Esta vez Comunicación Institucional de la FHAyCS visitó la Escuela Normal Rural «Almafuerte», con la idea de conversar con los protagonistas que llevan adelante una obra muy importante en términos de saneamiento ambiental, como es la construcción de la planta de tratamiento de efluentes del sector didáctico productivo tambo de dicho establecimiento educativo.
El proyecto
El proyecto patrocinado por el Nuevo BERSA cuenta con un aporte de 194 mil pesos, que es el presupuesto asignado para instalaciones y materiales. La propuesta, además de la instalación del sistema de tratamiento de los efluentes del tambo, tiene un compuesto pedagógico, consistente en el desarrollo de acciones formativas hacia la comunidad y a la propia escuela. Esta instancia estará a cargo de dos capacitadores externos, se trata de un ingeniero ambiental que también estuvo en el desarrollo del proyecto, y de un profesional de INTA, especializado en sistemas de tratamiento de efluentes.
La dirección del proyecto está a cargo del Veterinario Pedro Main, Jefe de Producción Animal del la Escuela «Almafuerte». Fue él quien contó detalladamente los alcances de la obra, aportando imágenes fotográficas y mostrando las obras realizadas en el tambo de la escuela y el funcionamiento de la misma
El funcionamiento del sistema de tratamiento de efluentes
Pedro Main explicó que el sistema de tratamiento de efluentes del tambo de la Escuela «Almafuerte» consiste en la recolección del primero de los efluentes que se generan en la sala de ordeñe, es decir los provenientes principalmente del lavado de la sala y de la máquina de ordeñe. Todo eso se recolecta y pasa por un tamiz separador, que es como un filtro que separa el sólido por un lado, y el líquido por el otro.
En el paso siguiente, el sólido se decanta y se deposita en una playa para luego distribuirse en el campo como abono orgánico. Y el líquido ingresa en un sistema de lagunas de tratamiento del fluido. Se trata de tres lagunas por donde se va filtrando el líquido, hasta depositarse en una cámara depuradora de arena y piedras. Ese es el filtro final, a partir del cual esa agua se reutiliza nuevamente en el lavado del piso del corral, exclusivamente.
El Impacto ambiental
El aspecto central a valorar en este sistema de tratamiento de efluentes desarrolla, es la reducción de la contaminación ambiental a escalas mínimas. Tal como lo señaló el docente, y como ocurre en la mayoría de los establecimientos tamberos, los efluentes derivan a un bajo o un zanjón; en nuestra provincia coincide en que los bajos o los zanjones están relacionados a cursos de aguas que pueden ser secos o pueden alojar agua permanentemente. Por efecto de las lluvias, los pozos se llenan de agua y arrastran todos los componentes de los efluentes hacia otros cursos mayores de agua.
En el caso del tambo de la Escuela «Almafuerte», los deshechos se canalizaban, a través de una cuneta, hacia un curso de agua seco; en el momento de las lluvias esto se arrastra o se va absorbiendo en diferentes partes de ese camino, por lo tanto se genera una contaminación en los alrededores con esos efluentes.
El sistema de tratamientos de efluentes instalado permite el reciclado de casi el cien por ciento de los éstos: el líquido se reutiliza como agua para el lavado del tambo y el sólido como abono orgánico para el campo. Restaría poder optimizar la captura del gas metano que se generan en la primera de las tres piletas, donde se concentran los líquidos y se generan dichos gases.
La sola observación fotográfica, del antes y el después de la obra, permite dimensionar las consecuencias favorables que el proyecto provoca en la reducción del impacto ambiental que generaban los efluentes del tambo.
Es importa destacar que el tambo de la escuela cuenta con 60 vacas de ordeñe, y que según las variables que se tengan en cuenta para evaluar la recolección de efluentes, se considera que por cada vacuno se pueden generar entre 25 y 100 litros de efluentes por día. «Esto depende de las prácticas de cada lugar; hay un rango de variabilidad, dependiendo del tiempo de permanencia de los animales en el corral antes de ser ordeñados y la cantidad de animales», indicó el Veterinario Main.
::Comunicación Institucional FHAyCS Uader