En la edición N°77 de la revista del CIN, la UADER cuenta su experiencia en torno a la implementación, en Paraná y Concepción del Uruguay, de ámbitos de educación y cuidado para hijos e hijas de estudiantes, personal docente y administrativo.
Políticas de bienestar es el eje de la edición número 77 de la publicación bimestral del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Actualidad Universitaria. En esta oportunidad, la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) -a través del trabajo de la Secretaría de Comunicación- comparte nota con la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) para hablar de la creación de espacios recreativos, de aprendizaje y de cuidado destinado a hijos de miembros de la comunidad académica, como así también la firma de convenios con jardines y unidades educativas que posibilitan el mismo fin. A continuación, se reproduce el texto completo.
Espacios para las infancias
Estudiantes y personal docente y administrativo de dos universidades públicas, UNGS y UADER, cuentan con ámbitos recreativos, educativos y de cuidado para sus hijos e hijas, que les permiten continuar con el cursado de las carreras o sus compromisos laborales. Ambas propuestas se sustentan en proyectos pedagógicos que contribuyen a las políticas de bienestar universitario, para generar condiciones de equidad y contención.
Hace diez años, la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) inauguró en su campus –en Los Polvorines, provincia de Buenos Aires- una Escuela Infantil y una Sala de Juegos Multiedad. Ambos son espacios destinados a hijos e hijas de entre 45 días y 5 años, de estudiantes y trabajadores de la institución, y tienen el propósito de facilitar el acceso a los estudios y a un trabajo adecuado, a la vez que brindar un ámbito educativo y de cuidado para la primera infancia que responda a las necesidades de la organización familiar.
La educación y el cuidado van de la mano
La Escuela Infantil ya cuenta con 191 egresados. Es la única de su tipo a nivel nacional y fue elaborada a partir de un proyecto conjunto de la UNGS con la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Esto permite que convivan dos ciclos de nivel inicial de la educación formal (jardín maternal y jardín de infantes), con una sala de juegos donde niños y niñas pueden realizar actividades recreativas entre las 8:00 y las 22:00 horas, con el acompañamiento de personal especializado. Ambas modalidades cuentan con servicio de desayuno, almuerzo, merienda y cena, y asistencia médica infantil.
A diario, la universidad bonaerense recibe cerca de 300 chicos que son atendidos y estimulados en el marco de una propuesta pedagógica que concibe que la educación y el cuidado van de la mano. Con el acento puesto en lo lúdico, las actividades se organizan en distintos lenguajes expresivos y en el conocimiento científico.
Asimismo, al estar dentro del campus, la escuela y la sala favorecen la cercanía de los niños con sus familias, lo cual posibilita –entre otros beneficios- garantizar la lactancia materna y que los familiares conozcan y tengan acceso a los espacios donde circulan sus hijos, como la biblioteca o el centro cultural.
Estas y otras políticas de la UNGS contribuyen a generar condiciones de equidad en el acceso, permanencia y egreso de quienes deciden realizar estudios superiores. En este sentido, la Dirección de Bienestar Universitario tiene un rol protagónico en la función de detectar, analizar y acompañar las expectativas siempre renovadas de la comunidad universitaria.
«Inmersa en una realidad nacional que puja por desjerarquizar los roles de género y donde el cuidado infantil es un problema creciente, nuestra institución decidió implementar un servicio de calidad que articula el estudio y el trabajo con las obligaciones familiares», destaca Griselda Meng, a cargo del mencionado espacio institucional.
Dos experiencias entrerrianas
«Lo nuestro no es un jardín; si bien iniciamos con esa figura lo fuimos transformando en lo que es hoy: un Centro Recreativo Educativo Artístico», dice María Elena Soñez, asesora pedagógica de ese espacio –CREA- que fue creado en 2005 por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) y funciona en la ciudad de Paraná en la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales.
La secretaria a cargo del centro, Miriam Schoenfeld, reseña que la iniciativa surgió a partir de un sondeo que hizo en su momento Bienestar Estudiantil, «porque se habían detectado muchos abandonos y deserción de papás y mamás que no sabían qué hacer con sus hijos para poder estudiar».
La preocupación de la gestión institucional se transformó en un proyecto que enseguida contempló también al personal administrativo y técnico-profesional de toda la Universidad en su sede de la capital provincial. Las inscripciones anuales rondan los 140 niños y niñas, más una lista de espera que queda abierta todo el año para ir contemplando situaciones especiales. El Centro funciona de 13:30 a 21:30.
Por otro lado, desde 2008 y en una línea similar de política inclusiva, en la ciudad de Concepción del Uruguay –otra de las sedes de la UADER- el Jardín Materno Infantil «Gurisitos» y la Unidad Educativa «Aromitos» posibilitan en convenio con la Universidad que miembros de la comunidad académica dejen a sus hijos en actividades recreativas y de educación no formal. Se desarrollan propuestas en el horario de 17:30 a 22:30, que es la franja de mayor actividad de cursado en las facultades.
Una perspectiva de las infancias, el arte y la inclusión
«Por el CREA pasaron chicos que recibimos en sala de 2 años, que es la edad mínima en que recibimos, y terminaron en la sala de multiedad, que son los de 6 a 10, y sus padres en ese trayecto se recibieron de psicólogos, agradeciendo a este espacio porque de otra manera no hubiesen podido estudiar», recuerda Miriam.
«Acá adentro trabajamos con talleres, no es una continuidad de la escuela. Hacemos arte, literatura, música, cocina, con la idea de que el chico venga a recrearse, compartir, experimentar», agrega.
En «Gurisitos» y «Aromitos», los niños y niñas que asisten por la UADER (alrededor de 60) tampoco lo hacen para cumplir con la escolaridad obligatoria.
«Hay cuestiones que vamos reestructurando y tratamos de aggiornarnos, porque el estudio no es sólo el cursado, sino también los exámenes, las horas para estudiar, las tutorías», dice la asesora pedagógica del CREA respecto al funcionamiento de este tipo de ámbitos.
«Y nos preguntamos otras cosas a partir de estar vinculados con la Universidad, en una facultad que forma profesores en educación y en artes; porque tenemos una perspectiva desde donde entendemos las infancias y desde donde nuestro trabajo está acompañado y sostenido», enfatiza.
«Tanto en Paraná como en Concepción del Uruguay no somos un jardín ni una guardería; el niño hace algo educativo, sí, pero en una instancia diferente, siempre teniendo en claro que ofrecemos un servicio y hay que garantizarlo para que quienes lo necesitan puedan trabajar o estudiar», finaliza.
::Fuente: www.uader.edu.ar