Ivo Rodríguez Moran, un hijo de la cultura Paranaense

El pasado martes 16 de mayo en la Casa de la Cultura de Paraná, el músico y docente de la Escuela de Música, Danza y Teatro «Prof. Constancio Carminio», Ivo Rodríguez Morán, presentó su primer Disco. Con el nombre «Diseño Urbano» la producción artística va acompañada de una estética moderna, imágenes de comics, un espíritu heterodoxo decoran la identidad del mismo. El músico paranaense incursiona en el blues y el jazz.

ivo rodriguez moran

Ivo Rodríguez Moran es un hijo de la cultura paranaense. Desde muy joven ingresa en el nivel medio de la Escuela de Música donde se graduó como «Técnico de Música especialidad Guitarra». continuó sus estudios en el nivel superior graduándose con el título de «Profesor Superior de Música, Especialidad Guitarra» y «Profesor Universitario en Música». Posteriormente llevó adelante la «Licenciatura en teoría crítica de la música» en la Universidad Nacional del Litoral.

Se ha desempeñado en todos los niveles de la educación como docente, inspirando a centenares de niños, adolescentes y jóvenes en el arte de la música. Fue profesor de las escuelas «Bavio», «Jauretche», «Don Bosco», «López Jordán», «Liceo», «Víctor Andrade», «Escuela Municipal Justo José de Urquiza» de la ciudad de Victoria, «Escuela de Música» de Victoria, «Enet I», «Enet II», «San Joaquín», entre otras. En la Escuela de Música se desempeña tanto en el Nivel Medio como en el Nivel Superior, como docente.

Asistió a cursos y seminarios en el Interior del país y del exterior, perfeccionándose con los Maestros Alvaro Pierri, Abel Carlevaro, Quique Sinesi, Víctor Villadangos, Eduardo Egües, Jorge Labanca, entre otros.

Desde el Área de Comunicación de la escuela de Música, conversamos sobre la presentación de su CD, su carrera musical y pedagógica y su opinión sobre la cultura local.

-Naciste en la Escuela de Música, te formaste pasando por Nivel Medio y Nivel superior. ¿Cómo influyó la Escuela en tu formación artística y en el  futuro que después fuiste eligiendo?
-Empecé en la escuela cuando era chico, a los 8 años. Esto era una casa con un patio, ahí donde está el auditorio. Había un gomero y dibujábamos en el piso la rayuela, porque había horarios intermedios entre las materias, eso no se pudo arreglar nunca. 


Al ser tan chico yo tenía una inclinación a la música y me atraían dos o tres ofertas. Mi papá me vino a inscribir y me dijo: «Te anoté en guitarra». Empecé probando dos o tres años con instrumento prestado. Después me pudieron comprar uno.
Cuando paso a 5to año de Nivel Medio me cambian de profesor; el profesor pasó a ser Eduardo Isaac. Tenía 13 o 14 años y fue muy fuerte para mí, porque venía con la primera docente de aprender lo básico y la figura de Eduardo, de una fama internacional ya, saber que era el hijo más importante que había dado la Escuela de Música. Durante la secundaria se fue gestando otra forma de estudiar, otro compromiso con la música. Mí viejo veía que estaba estudiando cada vez más. Termina la secundaria y no me quedan dudas que lo que quería era seguir la carrera. En esa época éramos muy pocos los que nos decidíamos por una carrera artística, generalmente las personas iban a lo lógico, estudiar contador, abogado. Hice la carrera durante toda la década del ’90 y me recibí más o menos de forma paralela de Profesor de Instrumento en Guitarra y Profesor en Música. Entonces empecé también la labor docente en forma temprana, tenía un título habilitante, así que a los 18 años comencé en la primaria durante y estuve 5 o 6 años y después pasé a secundaria. La experiencia docente ha sido en todos los niveles en todos sistemas, privados y estatales.

A fines de los años ‘90 pude empezar acá con algunas cátedras de guitarra en nivel medio, en la Escuela de Música. Cuando termino más o menos la carrera pasa la escuela de música a UADER y ahí hay que hacer una reconversión, la hice, «Profesorado Universitario con orientación en Música» y también estudié la «Licenciatura en Teoría Crítica de la Música» en Santa fe. He sido el que ha hecho los planes de estudio adentro de la carrera, siempre vinculado a la parte pedagógica en el nivel superior, a la parte musical sobre las prácticas y sobre la didáctica de la música también.

-¿Cómo ves el aporte de la Escuela de Música a la cultura entrerriana? Este año cumplió 85 años.
–La Escuela ha sido un actor cultural muy fuerte. Siempre ha dado muestras de calidad y de alternativas culturales al panorama de la ciudad, de la provincia e incluso del país. Ya cuando empezamos a salir a seminarios y masterclas a nivel país, cuando decíamos que veníamos de Paraná, tanto en piano como en guitarra, era una cartera muy fuerte. Tuvo vaivenes, hubo cuestiones, ha tenido momentos más felices y momentos más complicados pero creo que ahora se está de nuevo instalando la imagen esa que tiene la escuela de música, de hacer producciones de muy buena factura, no solamente en música, sino que se han agregado teatro y canto.

-Me decías recién que fuiste docente en todos los niveles, primaria, secundaria, nivel superior, ¿Qué enseñanzas te deja a vos haber interactuado desde los más chicos a los más grandes en la docencia del arte?
-El sistema está al revés, lo más gratificante es trabajar con los chicos y a nivel recompensa y salario es inversa la situación. Se paga poco al maestro, se paga un poco más al profesor  y al profesor universitario un poco más, pero esa cara feliz del chico resolviendo consignas o encontrando un sonido en el instrumento es impagable. Después de tener la posibilidad de trabajar con la gente más grande, he tenido mucha gente que ha aceptado la propuesta de cambiar la educación musical, de posicionarla, de poner en igualdad de condiciones con las otras asignaturas que tienen en la secundaria y eso también. Creo que desde un tiempo acá hemos logrado cambiar las producciones que se hacen en las escuelas y hacerlas más interesantes. Creo que también tiene que ver eso con mayores vocaciones que se han acercado a la escuela y año a año la matrícula de los ingresos se ha ido aumentando, porque creo que la educación musical ha ido cambiando en ese sentido.

-¿En qué sentido?
-Se hace más música, antes la materia música se daba de otro modo, en la secundaria no se cantaba, las clases eran de carácter teórico, se dictaban biografías. Hoy en día se hacen producciones musicales, se reciben aportes de la educación no formal de los chicos. Si uno toca el bajo lo termina llevándolo a la clase de música, se terminan haciendo producciones, el docente de música tiene más elementos para organizar esas producciones por eso los resultados cambian.

-Hablando de tu CD, un poco lo que nos trae es el Blues y el Jazz ¿qué es lo que buscas trasmitir con el Blues y el Jazz?
-Dentro de las especies musicales hay algunas que son de características folclóricas y en general están asociadas al ambiente rural, no solamente el folclore argentino, sino el de Colombia, Brasil. Dentro del ambiente urbano popular aparecen expresiones como el Tango, el Blues y el Jazz, son expresiones que nacen en el seno de la ciudad y que describen otra situación o una estilización de aspectos del folclore. Gardel empezó haciendo música folclórica, Cielito y Milonga, después fue incursionando en el tema del tango y terminó siendo conocido como exponente de música ciudadana. Yo veía que con el pasar de los días mi formación clásica y mis estudios de música contemporánea y de obras contemporáneas eran muy diferentes a lo que se veía en la calle, la situación de las personas, el transito, el estrés, la inseguridad, la situación económica, las cosas que nos atraviesan existenciales a las personas en este momento. Me pareció que por ahí la música que está dando vueltas se acerca más a lo que uno vive a diario que la música de otros períodos históricos. Uno se pasa toda la mañana resolviendo un adorno Barroco y estamos hablando de 300 años de música atrás, después salís a la calle y tenés que pagar cuentas, que elegir la vereda por donde andar, etc. Por eso, cuando empecé a escuchar esta música dije, claro, esto define la situación del hombre moderno, vemos que lo que configura el día a día es la ciudad. Si uno vive cerca de un hospital va a vivir de una forma, si vive cerca del trabajo de otra, vas a tener más o menos horas de sueño, más cerca o lejos de la familia. Entonces, no es lo mismo vivir en un punto que en otro en la ciudad. Vivimos en una ciudad que tiene el nombre del río, pero por ahí al río no lo disfrutamos todos los días pero si lo sufrimos, con las alergias los mosquitos.

tapa disco

-¿El Blues y el Jazz, podrían estar expresando la armonía de lo urbano?
-Si, por ahí en historia de la música, cuando uno empieza a ver lo que es la suite Barroca tiene mucho reflejo con lo que pasaba en ese momento, que era la contra reforma. La lucha entre católicos y protestantes, en el clasicismo por ejemplo, el bajo Albertino simula el movimiento de la carreta del carruaje y el músico hace eso como un reflejo de su época. En estas obras hay cambios rítmicos, cambios de carácter, de determinadas pinceladas o presentación de mociones y sentimientos que son contrastantes y que son las que vivimos a la vuelta de la esquina.

-¿Cuáles serían los planes a futuro?
-
En lo inmediato hacer conocer el trabajo, que pueda servir como vinculación. Yo he tenido siempre las dos actividades, la de pedagogía como un motor importante he hecho cursos de formación, ponencias, investigaciones, trabajos curriculares. El otro trabajo, que he hecho es el de ser músico, he tocado con orquestas y bueno, tratar de remontar la carrera de guitarra en lo posible.

:: Comunicación Escuela de Música, Danza y Teatro «Prof. Constancio Carminio»

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