Equipo de trabajo
Coordinador: Lic. Caminos Andrés J.
Integrantes del equipo
Prof. Acosta Carla
Dra. Petric Natalia
Lic. Ruaimi Naomi
Lic. Sampietro Juliana
Prof. Schonfeld Natalia
Mg. Schvab Brenda
Prof. Trevisan Alejandra
Dirección
Sub dirección de escuela primaria, Escuela Normal (esquina Corrientes y Andrés Pazos) y Anexo de la FHAyCS en Calle Misiones 267.
Horarios de atención
Escuela Normal: de Lunes a Jueves de 13:30 a 19:30hs y Viernes de 15 a 17hs
Contacto
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Más información acerca del Programa
Problematizar y analizar las configuraciones institucionales nos invita principalmente a mirar a les ingresantes que llegan a nuestras aulas. Les investigadores sobre el tema coinciden en que les docentes y las universidades poseen un imaginario de estudiante universitario que se relaciona con el “alumno” y el capital cultural “esperado”. Sobre este andamiaje se desarrolla un sistema institucional de expectativas respecto de los conocimientos, habilidades y hábitos académicos críticos que se presuponen que les estudiantes ya poseen y, por lo tanto, no son materia de enseñanza (Ezcurra, 2005). En las franjas sociales donde ese capital cultural no está presente se generan “dificultades por desconocimiento”.
En este sentido, podemos ubicar al primer año como tramo crítico en la situación de permanencia de les estudiantes. En el mismo confluyen las prácticas y representaciones de les docentes y actores institucionales acerca de lo que “debe ser” un estudiante universitario, como así también el imaginario y las expectativas de les propies estudiantes y sus familias.
Muchas veces las expectativas se relacionan con esperar de les estudiantes que al ingresar a la universidad sepan “estudiar”, “aprender” y “pensar”, planificar, organizar y aprovechar el tiempo de estudio o que lo logren de manera espontánea. Esto impacta particularmente sobre el colectivo de estudiantes que se hallan en contextos de vulnerabilidad social, quienes usualmente constituyen la primera generación de sus familias que ingresa a nuestra Universidad. Así también se espera “el dominio del rol de les estudiantes”, la capacidad de reconocer y responder a las expectativas de les docentes en materia de desempeño y a los parámetros de evaluación implícitos.
Sin embargo, el tránsito por el primer año en la universidad conlleva el aprendizaje de un oficio, el ser estudiante universitario, lo que pone en tela de juicio esos imaginarios. El proceso de pasaje entre el nivel secundario y el superior supone para les jóvenes un proceso complejo que involucra toda una serie de esfuerzos en aquello que podemos considerar un proceso de afiliación a un nuevo contexto.
Este proceso puede extenderse a lo largo de todo el primer año de estudio o más, hasta adquirir el dominio de las nuevas reglas de la institución a la que ingresa.
La afiliación permite al estudiante la conformación de una identidad colectiva estudiantil, que conlleva un doble proceso: una filiación institucional que permite la comprensión de los dispositivos formales que estructuran la vida universitaria y una filiación intelectual o cognitiva que posibilita la comprensión de lo que se espera de elles, por parte de les profesores la Institución, los códigos de trabajo intelectual, como prueba de su estatuto de estudiante.
Democratizar la Universidad implica intervenir en las desigualdades sociales y educativas que constituyen a quienes ingresan, por lo que es preciso abordar la cuestión del acceso, la permanencia y graduación con dispositivos que acompañen la construcción de su nuevo oficio y los tránsitos hacia la afiliación. En este sentido el Programa se propone promover estos procesos a partir de prácticas que incluyan a les estudiantes en la cultura universitaria y el diseño de estrategias para el acceso académico. Para ello se garantiza la implementación de dispositivos pedagógicos que comprometan a docentes y a otros actores institucionales en prácticas académicas.